jueves, 21 de marzo de 2013

RESPIRAR ES VIVIR

La vida depende en absoluto del acto de respirar. Respirar es vivir.
Por más que puedan estar en desacuerdo sobre detalles de teoría y terminología, los orientales y occidentales admiten estos principios fundamentales.
Respirar es vivir, y no hay vida sin respiración. No solamente los animales superiores basan la vida y salud en el respirar, sino que hasta las formas más inferiores, incluso las plantas, deben al aire su existencia.
El niño hace una larga y profunda inspiración, la retiene un momento para extraer de ella las propiedades vitales, y la exhala en un lento vagido; así da principio su vida sobre la tierra. El anciano da un débil suspiro, cesa de respirar y la vida llegó a su término. Desde el suave soplo del niño hasta el último suspiro del moribundo, se desarrolla una larga historia de continuas respiraciones.
La respiración puede considerarse como la más importante de las funciones del cuerpo, porque de ella dependen indudablemente todas las demás. El hombre puede vivir algún tiempo sin comer; menos, sin beber; pero sin respirar, su existencia continúa solo muy pocos minutos.
No solamente el hombre depende de la respiración para vivir, sino que también y en gran parte de los hábitos correctos de respirar, que son los que han de dar vitalidad perfecta e inmunidad contra las enfermedades.
Un control inteligente del poder de respirar prolonga nuestros días sobre la tierra dándonos una suma mayor de resistencia, mientras que una respiración descuidada tiende a disminuir nuestros días, decrece nuestra vitalidad y nos coloca en condiciones favorables a ser presa de las enfermedades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario